Son las dos de la tarde del día 20 de Noviembre y estoy en la fila para entrar en el tren que me llevará a Havre, Montana. Suena el teléfono. La primera vez en todo el viaje, miento es la segunda, pero la primera no entendía nada de lo que me contaba el tío, así que la conversación termina en un "Hablas español, OK, ya le volveremos a llamar". Suena el teléfono. Es Camilo, de la web de la reserva del alquiler del coche. Que no tienen el coche que yo he pedido (para qué estarán las reservas) pero que no hay problema, que me puede encontrar otro más barato pero en otra compañía, estupendo. En concreto, un Polo en Europcar. Paramos la conversación un momento que me tienen que dar un papelito para no sé qué. A todo esto con la mochila al hombro, y andando hacia el tren. Le pido dos minutos a Camilo, que no tiene ninguna prisa. Una vez sentado retomo la conversación. Que está todo guay, que son unos cracks y que el coche me sale más barato. Me pareció raro que tuvieran un Volkswagen Polo en Havre, pero bueno. La recogida en el aeropuerto. Me manda un correo con los detalles. No lo hizo al momento, no, ni ese día.
Como llevaba conmigo unos bocatas del subway, unas barritas de kellog y unos Nesquik para el desayuno, este viaje sería más barato.
Un viaje tranquilo nada destacable. Conocí a Lando, como Lando Carlissian, sí. Exacto. Hasta el moño de la comparación. Se llama igual que su padre, e igual que su abuelo, así que este lo lleva de familia. Actualmente no tiene trabajo, es cocinero de desayunos, se ha criado en la cocina de su abuelo y es lo que le gusta hacer. Actualmente no tiene trabajo, pero va a Seattle a ver si lo encuentra. Su meta, tener su propio local. Un chaval sencillo, con un objetivo claro, y muy majete. Me da su número para que en Seattle quedemos y me enseña la ciudad. Majete de verdad.
Llego a Havre. La gente aquí, bueno por ahora en todos los lugares en los que he estado, es muy amable y se desvive para que estés a gusto. Me vienen a recoger a la estación desde el Hotel, se agradece (y se paga). La verdad es que la habitación está muy bien, pero no creo que valga lo que he pagado, ya veremos si compensamos con el desayuno. Me termino el último de los bocatas del subway, escribo en el blog y pongo la alarma para mañana. La cama es "sólo" Queen Size así que tumbado en un lado tengo un campo de fútbol al otro, así sin exagerar.
Duermo muy bien, El desayuno no estaba mal, pero no tenia una hora para explotarlo correctamente. Mucha bolleria rellena.
Antes de salir, hago uso de los ordenadores del hotel y me saco una copia impresa de la ruta hasta West Yellowstone. Si lo hago bien, y son las 7 y media de la mañana, llego aún de día. Me llevan al Aeropuerto de Havre, donde me espera el coche de alquiler, pero en el camino me cuentan que allí no hay sitios de alquiler... Hmm, algo huele mal por aquí. Pasamos por el aeropuerto (y ciertamente no hay sitios de alquiler alli, y Europcar mucho menos), y le digo que me lleve dónde se alquilan los coches. Está muy cerca. Un concesionario. Bien, bueno.
Me recibe una señora rubia, la gentileza en persona todo hay que decirlo, y me dice que allí no tienen ninguna reserva a mi nombre (me sentí como cuando Frodo llega al Poni Pisador y le dicen que Gandalf hace seis meses que no le ven). Le pregunto si puedo mirar el correo, me dice que sí. Google me dice que no. Que lo autorice, que no es un lugar cómún desde el que he hecho mis consultas. Le digo que vale. Ah! que no os he dicho que hace 3 estados que no tengo cobertura. La risa. Así que consulto el correo, y ciertamente, la reserva inicial fue cancelada por Camilo y la segunda, por ellos mismos, al darse cuenta que me habían reservado para Le Havre, Francia. Una delicia. Pregunto por las opciones que tienen, aquí y me edicen que ahora mismo sólo tienen un coche, un SUV que sale mucho más caro, y que no lo tendría hasta dentro de una hora y media. Entre pitos y flautas con las 9.
Espera, que han cancelado otros y me pueden dar uno más barato, no tanto como lo era mi reserva inicial en la web, pero más barato que el SUV. Le digo que vale, que no tengo opción. La reserva del hotel además no se puede cancelar y no quería empezar a llamar al seguro de viaje desde un sitio en el que no puedo usar mi teléfono y además quería ir a Yellowstone, sí o sí. Le pregunto por el kilometraje, y me dice que máximo 100 millas al día. El viaje son 350, así que me voy a pasar seguro, pero bueno.
El coche por cierto es automático. No tiene mucho misterio, siempre que no uses el pie izquierdo para frenar, que entonces frenas todo y clavas el coche. Buenos frenos. En fin, cambio al pie normal y ya freno con normalidad. No me preguntéis porqué lo hice, dos pedales pues uno para cada pie, no?
Me paso por un Wallmart cercano y compro cosas para el viaje. Decir que no hay nada parecido al Wallmart en España. El aspecto es como un Carrefour, pero con muchas cosas más, muchas muchas más.
Salgo del Wallmart y me doy una vuelta por el pueblo a ver si encuentro la salida... Una vuelta y media después salgo de Havre. Decir que Havre está en un vallecito y no se ve mucho alrededor.
Salgo de Havre y me espera uno de los paisajes más impactantes que he visto en mi vida. Kilómetros y kilómetros de pura planicie y montañas nevadas al fondo. Me paré obviamente.
Lo mejor, es que una vez pasadas las primeras montañas, el escenario se repite pero más grande.
Me paré varias veces, iba conduciendo con una sonrisa en la cara.
Paré en Great Falls, en el Montana Club. Me tomé una Coca-Cola y pregunté cómo ir pillar la interstatal I-15. Me indican cómo. Visito el baño, es de estos modernos que el grifo no tiene llaves para abrir el agua. Este era tan moderno que no tenía ni agua. Es estupendo cuando tienes las manos llenas de jabón... Total que sigo las indicaciones y ciertamente me llevan a la I-15. Montana me está enamorando por momentos.
La I-15 está bien, es una autopista como las nuestras, de dos carriles sin mucho tráfico. Tengo que ir hasta la salida 164, bien estoy en la 290. Bueno. Pues a disfrutar del paisaje y la conducción.
Llego a la 164, y volvemos a las carreteras de doble sentido con rectas alucinantes de esas que podrían aterrizar 10 aviones uno delante del otro. El coche no va mal, pero lo hubiera disfrutado mucho más con mi Cívic, bueno que ya no es mio, pero está en buenas manos, verdad? VERDAD?. A este le falla un poco la aceleración, y claro al ser automático... en fin que podía adelantar por que las rectas eran infinitas y había poco tráfico.
Llegado a cierto punto, paro en una gasolinera a preguntar, me indican, compro chocolate y salgo. Cien o doscientos kilometros más, ya eran como las tres de la tarde, paro a comer en Harrison, creo recordar. Tienen especialidad en hamburguesas, Wow! vamos a probar. La pido con ensalada ya que me queda trayecto y conducir muy lleno no me gusta. Así que me ponen la hamburguesa con ensalada. La verdad es que está muy buena. La ensalada la pido con aceite y vinagre. Me ponen dos botellas con los elementos. Le pongo la sal. Agarro la botella con el color más oscuro, y echo a placer. El aceite este parece agua. Agarro la otra botella, este viangre... Oh mierda!!. El aceite es más claro que el vinagre y este cae como aceite que es. Bueno espero no haberme pasado con el vinagre. Rescato la hamburguesa del ahogamiento y me la termino, no vaya a ser que no la vea más. Con todo, la ensalada está buena.
Sigo y se hace de noche en un punto indeterminado. Señalar que los de Montana (montaneros, montanenses??) ahorran en señales, tanto en tamaño como en número. Así que si te tienen que indicar una salida lo hacen 20 metros antes. De noche mola más. Miro en las indicaciones y por lo menos me falta una hora hasta el destino. En cierto punto, veo tarde que hay un desvío a West Yellowstone (no tengo mapa, sólo las indicaciones del google maps) así que sigo porque también veo que en mi dirección se puede llegar. Las dudas me asaltan y doy la vuelta. Llego al cruce, y veoo que efecivamente el cartel lo he leido bien y vuelvo a dar la vuelta y continuar por donde iba.
He dicho una hora. Bien, eso era por el desvío. Por donde yo voy son dos horas, porque ya las cuentas de las horas que llevo al volante no me cuadran con la estimación de google. Creo que google hace todos los cálculos en verano, sin tráfico e infringiendo la ley.
Sigo y sigo, y sigo, porque creo que West Yellowstone será una ciudad iluminada y no los ranchos a oscuras que estoy pasando. La carretera está bien, pero está todo nevado.
Sigo y sigo, y aquello no aparece. Hago la hora, y la otra. Son las seis y media y por fin llego a destino. Es una town llena de hoteles y gasolineras. Mil de lo primero y como cinco de lo segundo. Llego en un momento de máxima ebullición, porque veo como a 5 o 6 personas por la calle, así que los bares deben estar petados.
West Yellowstone no es muy grande, pero tiene un Mc Donals y un cine IMAX, creo que empata con Madrid Capital en esto último. Aluciné en colores. Ah! también vi, pero al día siguiente, un Café Madriz.
Total que llevo como media hora dando vueltas y el jodío Hotel no aparece ¿No tiene cartel o qué?. En una de las calles en la que estoy, y tras media hora dando vueltas, paro a un amable señor y me intenta indicar, pero después de otro par de vueltas me lo vuelvo a encontrar y nada que no hay forma. Como he visto un MacDonnals voy para allá que seguro que tienen wifi, porque os recuerdo que en Montana no tengo cobertura.
Llego al McDonnals y le pregunto al chaval que está atendiendo si tienen wifi, me dice que sí. Como le veo pinta de mexicano, le hablo en español, y lo habla, que no todos lo hablan, perfecto le explico mi problemilla, mientras le pido una Chicken a la parrilla (no cryspi) unas papas y una soda. Óscar, que así se llama, me dice que si en el correo hay alguna dirección y le digo, tras consultarlo, que sí. Saca un baldosín de móvil y me enseña la dirección exacta, y me indica el camino. Por si no fuera poco llama al hotel para confirmar la dirección. En el correo dice explicitamente que muchos gps se pierden y que si salen del pueblo es que se han pasado, que busquen una casa de madera a un lado de la carretera. La risa las indicaciones. Total que muy agradecido a Oscar, y sorprendido porque el pollo era pollo, salgo del McDonnals y tras 5 minutos llego a midestino.
Entro en la recepción, por decir algo, porque es una especie de despacho-trastero con un olor extraño e inidentificable. Me dice, el cachondo que me esperaba para antes, y yo también, le respondo. Me lleva a la habitación que está detrás de la casa. Es un edificio alargado con varias puertas, una especie de Motel pero con cocina. Me dice que es la mejor de todas, y a primera vista está muy bien. Misión cumplida.
Ciao.
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ResponderEliminarLas fotos impresionantes pero no se yo si no me hubiera hecho caquita conduciendo por alli, de noche, nevado y sin rastro de vida humana en kilometros!!
ResponderEliminarjajajajajajaj brutal la comparación de Frodo!! Y si, tu coche está en las mejores manos!! ;)
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