San Diego: Recorriendo el paseo marítimo.

Ya os he comentado que el ambiente del hostel no es de lo más divertido. El primer día cometí el fallo de ampliar la estancia a los 8 días que tenía, por lo que no quería perder dinero. Para futuras ocasiones haré lo que siempre hago, ampliar el último día. Si no me convence, siempre puedo cambiar de hostel a otro más divertido. Este hostel por lo demás, estaba realmente bien, tanto las instalaciones, como las habitaciones y los baños (aunque estos eran claramente mejorables). Fallaba el trato. Pero uno de los días descubrí porqué los empleados no subían más. En la cocina tenían un cartel y no es broma, que decía que la pintura o los materiales usados para su construcción eran cancerígenos, así tal cual. Los empleados subían a la cocina, se hacían lo suyo y regreseban, ni siquiera comían en el salón.

El caso es que el segundo día, después de la paliza del día anterior por el parque Balboa, quería algo un poco más relajado, y como en San Diego tiene un bonito paseo marítimo que por lo que parece es interminable, allí me dirijo.

Bajo por la calle y en seguida llego al centro de convenciones de san Diego, sí, ese en el que se celebra el Comic Con y tantos otros eventos. Un poco antes de llegar al Centro de Convenciones, tienen este paseo que va al lado de las vías del tren, y que está bordeado por palmeras.

La foto está un poco azul porque no cambié los parámetros de la cámara del día anteior.
Lo mejor es que para llegar al paseo tienes que cruzar el centro de convenciones. Para esto han hecho unas escaleras, bastante altas, para que la gente cruce. Estas son aprovechadas por la gente para hacer deporte. Son unas escaleras largas, y son gratis. Algunos están recuperando el alma, porque el aliento lo dejaron abajo. Las vistas desde arriba no están nada mal.

Sigue mi fase azul.
Bajo de nuevo las escaleras, y me dirijo a los parques que están justo en frente mío. Hay gente haciendo deporte por aquí, el sitio es inmejorable. Atravieso parte del puerto deportivo, tienen varios embarcaderos, y hay algunos yates de película.



 Me acerco mas al mar, y voy donde veo gente pescando o echando de comer a los peces, que ocurre mucho más de lo que parece. Yo mismo soy un profesional.



Que conste que me están gustando las fotos azuladas. 
No lo he comentado aún, en San Diego está la base naval más grande del mundo, en esto no hay quien les gane. En todo el tiempo pasan aviones, barcos, lanchas, etc, etc.

Un poco más adelante, el paisaje se repite, parque, palmeras, mar y yates. En serio. Pero hay postales bien bonitas.







Más adelante hay un monumento al buque con más éxito de la armada Americana, que adivinen cómo se llama, el USS SAN DIEGO. Lo malo es que lo hundieron y de ahí el monumento.


Seguidamente a este monumento, hay otros. Como este que es una reproducción de una de las fotos más conocidas de la historia. El beso entre un marinero y una enfermera cuando se estaba celebrando el final de la guerra.  El beso es Nueva York. Como los americanos son así lo han hecho de cinco metros de altura. Porque al lado hay un buque de guerra real, que además es museo, y que sorprendentemente no entré a ver, porqué, porque no vi que hubiera aviones de la segunda guerra mundial, sino, tendría como quinientas fotos sólo de aviónes.


Un pelín más adelante hay otro monumento, Oh! Sorpresa!! este por lo menos no es a un militar, sino a un periodista que narró la guerra para los americanos, y que seguramente ayudó a pagar la guerra vendiendo bonos de guerra. El caso es que el monumento está bien curioso, y aunque está hecho en metal, es bien realista y a tamaño humano.



Justo enfrente está el buque museo de la armada. Desde fuera impresiona de verdad.





Seguí el paseo marítimo, y luego te encuentras con esto, que es como un ferry pero recreativo, y no vendian tickets (si no lo mismo lo hubiera probado), el caso es que llama la atención.


A pocos metros tienen unos barcos antiguos, que no parecen muy bien ciudados, también hay un submarino de bolsillo ruso, todo me parecía muy caro para lo que se puede ver, la y por fuera no invitaba mucho a entrar. A veces se pasan los americano (y luego hay que soltar propina).





El paseo sigue y sigue, y con cada paso me acercaba un poco más al aeropuerto. Seguía muy soprendido de la ubicación del mismo. Poco a poco me acercaba al aeropuerto, pero las fotos que tengo de los aviones no hacen justicia al hecho de que tengan que aterrizar un poco después de que se terminen los edificios habitados.


Las entradas a los aeropuertos suelen ser complicadas.
El caso es que seguí y seguí andando, y cuando creía que no podía haber nada, me encuentro que al otro lado del paseo hay de nuevo hoteles de lujo. Sin mucho movimiento todo hay que decirlo.






Las vistas eran hermosas de todas formas. Llegué donde, según el mapa llegaron los españoles en barco por primera vez. Hay una estatua, pero no estoy muy seguro de que captaran la esencia del momento.


Al final del paseo hay esto:


Lo mejor es que un poco antes hay un sitio en el que puedes alquilar equipo de buceo, y también hay un Deli en el que te puedes pedir un bocata decente, con una cerveza gigante.

Después de un rato, y ya con calma por hacer la vuelta, ya que llevaba como tres horas caminando, fui regresando poco a poco. En una de las partes del paseo me encontré muy de cerca con un colibrí. Mucho menos esquivo que el de San Francisco. Lo mejor fue que di cuenta de que tenía mal configurada la cámara y lo corregí... el balance de blancos.





Y cómo volvía a pasar por el aeropuerto, esta vez sí que tomé unas buenas fotos de aviones (comerciales).


Y como no me gusta repetir, al menos en el mismo día, las mismas fotos, pues me puse a dibujar a las reinas del paseo, entre otras cosas.


Y como estaba atardeciendo pues la cosa mejoraba con el cambio de luz.








Llegar al hostel derrotado, una ducha, charlar con los jóvenes de la habitación, relajarme y cenar, fue un todo que me llevó el resto del día.

Ciao.

2 comentarios:

  1. Cerca de la estatua del "beso", está un restaurante de comida del mar, realmente deliciosa, vale la pena en todos los sentidos, puesta de sol, vino, cena con productos del mar muy buena la comida y los postres ni se diga. Ah! el restaurante estaba una parte sobre el mar con una terraza preciosa...

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  2. Todas las veces que pasé por delante de ese restaurante mi bolsillo se arrugaba, además estaban de reformas.:P

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